domingo, 30 de diciembre de 2012

Ella, peces, ruiseñores y murciélagos (28/03/11)




Quiso irse lejos sin dar motivos, vaciarse de lo que era y no necesitar controlar nada, solo quería ser verdad entera, ni siquiera humana, algo mucho más lejano, sin preguntas ni respuestas, solo quería ser fiel a ella misma, algo sin nombre, sin raíces ni futuro, disfrutar sin prisa y que el tiempo no tuviera sentido.

Se fue lejos, desnuda para deshacerse de todo, se tumbó en aquella colina verde en la que la hierba infinita besaba con ternura al sol que le daba la vida. Dando igual lo que tenía sentido y lo que no, todo se volvió sueño y el sueño vida que no necesitó para sentirse del todo llena y vacía a la vez.

Entonces fue cuando sus piernas, seguidas de sus muslos, explotaron convirtiéndose en una manada de peces plateados que saltando en las olas de la hierba surcaron el prado haciendo que el sol reflejara en sus escamas, llenando el día de vida, como la mañana que, llena de energía, hace que todo sea posible.

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 Se abrió en dos y sus entrañas se convirtieron en ruiseñores granates pidiendo libertad, llegando hasta las nubes blancas, tintando el cielo de un atardecer tenue que con su luz sombría provocó toda una tormenta de melancolía.
Y el viento alzó su pelo negro en mil murciélagos que consiguieron la noche para acabar con todo aquello sumiendo al cielo en una revuelta de sentimientos que no hacía falta que dieran la cara.

Ella fue todo aquello, el día, la tarde, la noche, la vida, melancolía y la muerte, donde todo se acaba, donde la verdad resurge. Se fue como vino, pero no quiso llevarse nada, porque nada le pertenecía. Se fue como quiso, tranquila y libre.

sábado, 1 de diciembre de 2012

No me lo digas


Ruven Afanador
Las excusas que se ponen a unx mismx son, si no se cuentan, las más ingeniosas, son, si se delatan, las más absurdas, son, de todas formas, invenciones propias para no creer en la realidad.



Qué difícil es descubrir por qué cuesta tanto admitir lo que realmente duele cuando pasa. Relacionar el dolor con la realidad. Qué cosa tan estúpida.




martes, 20 de noviembre de 2012

Dos momentos opuestos

Ray Caesar, "SUNDAY"



Fútiles palabrerías se crean cuando las ideas abstractas se deslizan por los toboganes de las neuronas hasta sus terminaciones nerviosas. La tinta eternamente habitará en las páginas, independientemente de que lo que sus palabras cuenten sean terremotos  de conciencias o excrementos contaminantes.

He terminado de comprender que el tiempo fue presionando la inyección de inmunidad contra la conmoción, y aunque siga esperando el antídoto, de verdad señores que creo que el mundo está tan masticado como una bola de carne.

En algún lugar se encontrará la puerta que se abra al mundo de Alicia, a la sorpresa de un nuevo hacer o a la guinda de la vida y cuando aparezca, ya podré descansar tranquila. Si no aparece nunca, poniendo un dedo en mi boca y soplando todo lo que pueda, me hincharé de fuerzas y la crearé yo misma.
Entonces volveré a sentir lo que me empujó a escribir cosas como esta hace tiempo:


Hay algo en el alma, algo que cuando la música más dulce la roza lo deja todo para derretirse, algo que cuando el atardecer de toda una ladera la rodea, se deja llevar quedándose inmóvil. ¿Qué es lo que hace que nos detengamos llenándonos enteros de esa calma momentánea, cual  es la clave de nuestra emoción?

Quiero quedarme para siempre en ese lugar en el que no hace falta nada más que la virtud de emocionarse y estar para siempre conmovida



jueves, 1 de noviembre de 2012

El desarrollo del vómito


Millie Brown, la artista del vómito




Este hueco que no difiere mucho del caos que le rodea en la infinita red, el blog, surgió a modo de cubo de vómitos y fluidos generados por pajas mentales, sólo como contenedor de ideas que se estaban haciendo bolo en la cabeza y necesitaban otro espacio que habitar, una memoria externa porque la original se saturaba, un pozo del olvido rememorable, vamos, mi pensadero particular.

Pero no se quedó sólo en eso, cuando algún cuento, relatillo o incluso poemilla estaba maduro y caía del árbol, también encontraba cobijo en este lugar. De esta forma también, a raíz de que el cuento tomase más lugar que la reflexión paranoica, esto fue adquiriendo un estilo más concreto aunque impersonal, y cuando una reflexión directamente parida de mis neuronas quería ser vomitada por mis dedos, quedaba fuera de lugar  entre historias de gente que no era yo (a simple vista).

Pues bien, no es que vaya a volver a mis orígenes sino que encuentro la solución en mezclar cuento, relatillo o poemilla con reflexión, porque los periodos van y vienen y sin sacudidas de pensamientos no surgen las ideas, que nunca me gustaron los patrones fijos sino hacer lo que quisiera, que basta ya de estar parada joder !!

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